Febrero 4, 2009
(Especial José Luis Farías).- “En los barrios pobres de Venezuela ser joven es un boleto para la muerte. Su uso no depende de la voluntad de la víctima sino de la suerte de ser o no blanco del hampa o de la policía”.
La afirmación la hizo el ex-parlamentario José Luis Farías al presentar un estudio oficial sobre la violencia juvenil, patrocinado por el gobierno del Presidente Lula Da Silva. En el cual se revela que Venezuela es el país del mundo con la más alta tasa de homicidios de jóvenes por armas de fuego.
Anualmente se producen 104 homicidios por cada 100.000 jóvenes de edades comprendidas entre los 15 y 24 años, veinticuatro màs que Colombia que ocupa el segundo lugar y 26 más que El Salvador que se encuentra en el tercero.
Las tasas de los países son calculadas con base a las cifras contenidas en la base de datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), remitidas por cada uno de los gobiernos integrantes del organismo internacional, incluidas las de Venezuela.
El informe, dirigido por el reconocido investigador Jacobo Wenseislah y titulado “La Violencia Juvenil en América Latina 2008″, es el último de una serie de trabajos sobre el tema iniciados desde 1998. algunos de los cuales recibieron el patrocinio de UNESCO.
El estudio concluye que “en la mortalidad por armas de fuego, que acompaña de cerca a la de homicidios, los índices de la América Latina impresionan por constituir uno de sus componentes principales”.
El investigador y ex-parlamentario señala que en el informe del gobierno de Lula se lee:
“Hay varios hechos que inmediatamente llaman la atención.
• Cuando se analiza por región / continente, América Latina se destaca por sus elevados índices de mortalidad por armas de fuego. Su tasa total de 17,828 muertes cada 100 mil habitantes resulta un 50% mayor a la africana y trece veces superior a la europea o a la asiática.
• Visto por el lado de los componentes, vemos que ni la utilización de las armas de fuego en los suicidios, ni las muertes por accidentes con armas se destacan en la región; esas diferencias sólo se explican por la utilización de armas de fuego en los homicidios.
• Cuando se trata de la población joven, esa diferencia es aún mayor. La tasa de 35,4 cada 100 duplica a la africana o a la de América del Norte y resulta casi cuarenta veces mayor a la europea. También en este caso, la gran diferencia se encuentra en la utilización de armas de fuego en los homicidios”.
La comparación de los países latinoamericanos con el resto del mundo conduce a penosas conclusiones
“La tasa total regional casi duplica la de América del Norte y resulta catorce veces mayor que la europea. Por su vez, esa distancia se hace mayor entre los jóvenes si tomamos como base los promedios regionales, supera en más del doble a la de América del Norte y resulta cuarenta veces mayor que la de Europa. Sin embargo, si tomáramos a algunos países como referencia, veríamos que por cada joven que muere siendo víctima de armas de fuego en Hungría, España, Alemania, Polonia o Japón, entre otros países, mueren más de cien en Venezuela, en Colombia o en El Salvador por el mismo motivo. Las distancias y los contrastes son grandes”.
Y destaca José Luis Farías que “la tasa de Venezuela (104,7) es tres veces mayor que la de América Latina (35,4)” saquen ustedes sus propias conclusiones.
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