martes, 6 de septiembre de 2011
Muere tiroteado trabajador de una bomba de gasolina
Pretendieron robar a dos escoltas y en el tiroteo murió un surtidor de gasolina
Estefani Rojas maldijoPistoleros de E/S Texaco llegaron en un Mazda 6 al país por el homicidio de su padre VENANCIO ALCAZARES
"Este maldito país, lleno de puros malandros... ¿Por qué no lo han recogido?... qué evidencias nada, como si de verdad ustedes van a atrapar al que lo hizo". Así vociferaba, entre lágrimas, Estefani Rojas, hija de Simón Rojas de 51 años, un surtidor de gasolina, que murió atrapado en línea de fuego tras un tiroteo que ocurrió este sábado a las 6:55 de la mañana, en la Estación de Servicios Texaco, entre las avenidas Sucre y Ávila de Los Dos Caminos.
Al llegar, Estefani quitó de un jalón la sábana que cubría el cuerpo de su padre y mientras le acariciaba el pecho, lo llamaba como para despertarlo.
Antonio Andrade, un compañero de trabajo de Simón, que lo presenció todo, fue el portador de la mala noticia. Él avisó a la familia que Simón había muerto en aquel tiroteo.
"Yo no vi mucho. Porque en lo que empezó el tiroteo yo me tiré al piso y me escondí atrás de la máquina. Así que lo que más hice fue oír", dijo Antonio.
De acuerdo a su relato, y a lo que pudieron establecer los funcionarios del Cicpc adscritos a la División Nacional contra Homicidios, a la isla que atendía Simón llegaron dos camionetas que se estacionaron, a cada lado, para surtirse de gasolina. Según revelaron las pesquisas preliminares, era una 4-Runner y una Toyota Prado blindadas, y tripuladas por sendos hombre. Al parecer, ambos rústicos son propiedad del directivo de un canal de televisión.
A los pocos segundo, se estacionó un Mazda 6 de color azul, del que se bajaron cuatro sujetos, el quinto se quedó adentro. Se presume que pretendieron robarse ambos rústicos, pero los choferes, al parecer escoltas, desenfundaron sus armas e hicieron frente a los maleantes. Según indicó una fuente policial, en medio quedó Simón. Uno de los presuntos escoltas recibió un tiro en el estómago y rápido se refugió en una de las camionetas, el otro hizo lo propio y nada pudieron hacerles. Los maleantes huyeron y los conductores de ambos rústicos también.
Un Mazda de color azul, con muchos impactos de bala, fue abandonado, encendido, en la avenida Libertador, cerca de Plaza Venezuela.
De acuerdo a lo que le contaron algunos testigos a efectivos de Policaracas, que fueron los que recuperaron el carro, los tripulantes de ese vehículo abordaron otro Mazda pero blanco. Efectivos del Cicpc hacen las experticias para determinar si se trata del mismo auto que llegó a la Texaco. Creen que sí. Entre otras cosas ya se determinó que ese Mazda estaba solicitado por robo pero la fuente no especificó más. Es así que, sin descartar otras hipótesis, se presume que el móvil fue el robo de las camionetas.
iiglesias@eluniversal.com
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