De viernes a domingo hubo 26 ingresos a morgue de Bello Monte
Trabajador de Mercal fue asesinado abajo del puente de Los Flores de Catia (Fernando Sánchez)
MARÍA ISOLIETT IGLESIAS | EL UNIVERSAL
lunes 11 de abril de 2011 12:00 AM
A Edwin lo asesinaron el sábado a las tres de la mañana aproximadamente. Lo mataron a golpes, al parecer, porque se resistió al robo de las cornetas de su carro, las cuales recién había instalado.
No hay testigos del hecho. Un compadre que habló con la esposa de Edwin, le dijo que lo había visto en La Dolorita el viernes a las 10 de la noche. Pero que supuestamente, ni siquiera había cruzado palabras. Dijo además que estaba con dos jóvenes que no conocía. Sin embargo, a la familia le genera suspicacia que en el auto, cuando lo encontraron, estuviera el celular y el bolso del compadre.
La familia se enteró de la muerte de Edwin porque unos conocidos se toparon con el cuerpo por los predios de Turumito, en la vía hacia Turumo y fueron hasta el sector La Lira de la Dolorita a avisar.
Los deudos llegaron pasadas las 10 am y esperaron ahí hasta que pasado el mediodía recogieran el cuerpo. Además de los golpes, tenía heridas de perdigones en el pecho.
El carro, que es un Fiat rojo, fue ubicado en La Dolorita poco rato después de encontrar el cuerpo. Estaba desvalijado, le quitaron las cornetas y la planta de sonido que hacía poco tiempo Edwin le había instalado al carro.
Edwin trabajaba en una fábrica de condimentos ubicada en Filas de Mariche. Vivía con su esposa e hijos. Dejó huérfanos a seis.
En Los Flores
A las 8:10 de la mañana de este domingo, cuando Antonio Vivas llevaba a su hija al trabajo, se paró debajo del puente de Los Flores de Catia a ver quién podría ser el muerto que yacía, desangrado, allí. Al acercarse, rápido lo reconoció.
Era su concuñado, José Pablo Suárez de 35 años. Antonio no sabe por qué lo asesinaron a tiros. Lo único que recordó es que todos llegaron el sábado hasta Los Flores de Catia, donde vivían, a las 2 de la tarde de trabajar y entraron a una fiesta familiar. Ellos suponen que José, pasado de tragos, salió a caminar como a veces lo acostumbraba y ahí lo mataron.
El hombre tenía un hijo y ocho hijastros. Vivía con su esposa y trabajaba con la familia en una cooperativa móvil de Mercal. El sábado estuvieron vendiendo alimentos por El Junquito.
Con estos dos caídos, suman 26 los cuerpos que ingresaron a la morgue de Bello Monte desde las ocho de la mañana del viernes, hasta la misma hora del domingo.
iiglesias@eluniversal.com
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